Peor que en los peores pronósticos. Ni la inclusión de las universidades en el proceso de selección ni candidaturas de acercamiento con la burguesía nacional han logrado dar legitimidad a la elección directa de los jueces. El resultado es además un claro mensaje político que desacomoda los intentos, del MAS y la derecha, de debatir de los comicios de 2019.
Electoral
Quienes interpretamos la realidad desde el criterio de la lucha de clases no tenemos ningún otro interés en la novela del “zapatazo” y sus golpes de efecto dignos de grandes producciones televisivas, que el de ver quién (cual clase, partido y fracción) está enfrentando al gobierno del MAS, y como y porque se da la relativa crisis de este. A este tipo de análisis queremos invitar a nuestros lectores.
Con una diferencia de aproximadamente 130 mil votos (el 2% del padrón electoral), la modificación de la Constitución para permitir a Evo y Álvaro de volver a postularse en las elecciones de 2019 ha sido rechazada en el referendo del 21 de febrero pasado. Se trata de la primera derrota electoral del propio Evo Morales en más de diez años.
A final el referendo por la reforma parcial de la Constitución no nos preguntará si Evo Morales y Álvaro García Linera pueden postularse de nuevo, como el MAS planteaba a un principio, sino si pueden ser reelectos. La diferencia entre las dos maneras de proponer la cuestión no es obviamente lexical sino política: no se trata de abrir a una posibilidad para 2020 sino de reforzar el actual mandato, objetivo que el gobierno quiere conseguir con claridad.
El triunfo del No en el referendo del domingo por los Estatutos autonómicos de Chuquisaca, La Paz, Oruro, Cochabamba y Potosí ya puede ser rubricado. Su significado pero solo parcialmente será encontrado en el objeto propio de la consulta.
Con un caudal de votos invariado entre 2010 y 2015, el MAS sale de los comicios subnacionales demostrando de no poder conquistar al voto juvenil concentrado en aquel millón de nuevos electores empadronados, lo cual no puede ser ninguna sorpresa para quienes vivimos los problemas de la condición juvenil sin dejarnos hipnotizar por las estadísticas y las pasiones leguleyas del gobierno y el MAS.
Tomando como referente la elección para gobernaciones, el MAS obtuvo pocos millares de votos más que en 2010, a pesar del aumento de más de un millón de electores. Consecuentemente el MAS, que se confirma como la única fuerza política de dimensiones nacionales, ve su porcentaje sobre los votos válidos reducido del 51 al 40 por ciento, y del 37 al 30 por ciento el porcentaje sobre los empadronados. Es el punto más bajo de aceptación al partido desde 2005, lo cual solo puede entenderse a través de un análisis de clase del voto.
El cómputo oficial del voto no ha todavía concluido y será solo este a disipar la incertidumbre sobre algunos resultados. Sin embargo el cuadro multicolor pintado por las elecciones subnacionales del pasado domingo está grosso modo claro: el MAS pierde en gobernaciones clave y en todas las más pobladas ciudades del país además de varios municipios intermedios, que en su mayoría gobernaba. Esto se llama derrota y no es buscando eufemismos o pañuelos calientes que podrán entenderse sus razones.
Ernesto Suarez, principal candidato opositor a la gobernación del Beni, ha sido inhabilitado junto a los 228 candidatos de su alianza Unidad Demócrata, por una comprobada infracción a la Ley de Régimen Electoral vigente. Que perspectivas se abren ahora para uno de los departamentos en donde la oposición estaba aventajada en todas las encuestas.