En estas fechas pero en 2009, un grupo de supuestos terroristas fue abatido en el Hotel Las Américas de Santa Cruz. Hoy, nueve años después, la CIDH, en el marco de crecientes hostilidades internacionales hacia Bolivia, ha admitido la demanda de sobrevivientes y familiares de aquel operativo contra el Estado boliviano.
Sociedad
En la madrugada del pasado miércoles 11 de abril, un artefacto explosivo colocado en una volqueta que trasladaba trabajadores de Huanuni hacia la bocamina ha cobrado 8 vidas de mineros dejando decenas de heridos.
Los temores manifestados por el mismo Evo y compartidos por muchos de nosotros se hacen realidad: Oruro no ha sido víctima de un trágico accidente, o por lo menos no solo de esto. Un ataque terrorista ha utilizado el escenario del Carnaval para arremeter contra las luchas sociales de la clase trabajadora y el movimiento campesino e indígena de Bolivia.
El drama que vive Tupiza está conmoviendo a todo el pueblo trabajador de nuestro país. Reivindicamos acciones urgentes para devolver normalidad a todos los damnificados. Pero necesitamos también cambiar el modelo económico capitalista que causa estos desastres.
Medir la representatividad y la misma naturaleza de clases de un movimiento heterogéneo no es fácil. ¿Es racista, de la derecha y de los privilegiados? ¿Tiene adhesión? Intentamos entenderlo con algunos datos objetivos y una panorámica general de la situación nacional.
Es irónico que el gobierno alerte contra la conspiración después de haber reiteradamente ignorado las advertencias a no subestimar las razones y las posibilidades del paro médico.
La justicia penal boliviana es un rumiante que regurgita infinitas veces todo lo que ingiere para seguir desmenuzándolo. La dilatación de la detención preventiva y de los formalismos procesuales alimentan redes de corrupción y abuso. El nuevo Código Penal pretende reconducir esta arbitrariedad con los métodos de la “revolución democrática y cultural”.
Voceros del gobierno han comparado las actuales protestas que han hecho de Santa Cruz el centro del rechazo a la reelección con el movimiento separatista que tuvo su apogeo en 2008. Nos tomamos la cuestión muy en serio, porque en 2008 estuvimos ahí, en el Plan 3000 y en la marcha que arrancó para expropiar a la oligarquía cruceña y, por decisión del MAS, acabó negociando con la misma oligarquía las modificaciones al nuevo texto constitucional.